El PP no se aclara en política exterior y da bandazos (otra vez) con Venezuela de la mano de Pons, Álvarez de Toledo y Tellado

La plana del PP con la bandera de Venezuela

El Partido Popular (PP) enfrenta un panorama interno complicado, marcado por una falta de cohesión y una estrategia dispersa que ha debilitado la imagen del partido en temas clave, tanto a nivel nacional como internacional. Mientras que la figura de Alberto Núñez Feijóo sigue siendo respetada en amplios sectores, es su entorno el que parece estar generando más dudas, mostrando una preocupante falta de dirección clara. Esteban González Pons, Miguel Tellado y Cayetana Álvarez de Toledo han adoptado posturas que han causado críticas internas, complicando la ya frágil unidad del PP.

Uno de los puntos de fricción más evidentes ha sido el tratamiento del tema venezolano, que se ha convertido en un eje incómodo para el partido. Cayetana Álvarez de Toledo, quien debería estar centrada en sus responsabilidades en materia de justicia, ha dedicado gran parte de su discurso a la situación en Venezuela. Para muchos dentro del partido, esta obsesión resulta desproporcionada, dado que otros conflictos internacionales de gran importancia, como la guerra en Gaza o los ataques a los Cascos Azules liderados por un general español, no cuentan con una postura del PP. Esta focalización exclusiva en Venezuela muestra una preocupante falta de equilibrio en las prioridades del PP.

La política exterior del PP debería estar alineada con la Unión Europea y en sintonía con organismos internacionales como la OEA y Estados Unidos. Sin embargo, tanto en Bruselas como en Washington ya muestran señales de fatiga respecto a Venezuela por el "experimento Guaidó". Igualmente la figura de Leopoldo López, su vicepresidente, quedando marcada por la mala utilización de los fondos destinados a un gobierno interino que nunca se consolidó. A pesar de este contexto, el PP sigue arrastrando las secuelas del reconocimiento de Guaidó, una decisión respaldada en su momento por Pablo Casado y Cayetana Álvarez de Toledo. Mientras tanto, Feijóo ha optado por dar continuidad a esta “obsesión” con una postura conformista.

El reciente viaje de Feijóo a Italia, cuyo objetivo era reforzar la política migratoria del PP en consonancia con la de Giorgia Meloni, no terminó de consolidarse como una victoria mediática. Los medios italianos mostraron interés por su postura sobre temas migratorios, pero Feijóo evitó profundizar cuando le preguntaron por medidas concretas de deportación para inmigrantes africanos o venezolanos. Este vacío discursivo, sumado a los mensajes contradictorios de varios portavoces del PP, ha generado dudas sobre la capacidad de su equipo para gestionar de manera coherente la política exterior.

Las críticas internas se dirigen particularmente hacia González Pons, quien ha liderado el discurso sobre Venezuela de manera que muchos consideran errática y monotema. Mientras líderes territoriales como Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno Bonilla adoptan enfoques más coordinados y prácticos en sus respectivas regiones, el énfasis desmesurado en Venezuela parece haber monopolizado la atención de la dirección nacional, dejando de lado otras crisis internacionales que requieren atención inmediata.

Además, la situación en Venezuela sigue siendo una fuente de tensión para las empresas españolas, que temen represalias por parte del régimen de Nicolás Maduro. A esto se suman las preocupaciones por los ciudadanos españoles detenidos en Venezuela y el temor de que España se vea obligada a financiar un exilio masivo, desde el ganador de las elecciones Edmundo González, incluyendo a figuras cuestionadas como "bolichicos" y algunos responsables del saqueo de PDVSA.