Se cambian de compañía pero Movistar le sigue pasando las facturas
Un cliente ha compartido una experiencia negativa con Movistar, que revela varios problemas con el servicio y el trato recibido. El relato comienza con la venta de un sistema de internet que, según afirma el cliente, no era adecuado para sus necesidades y no pudo ser instalado. Además, señala que la empresa les regaló un teléfono móvil sin aclarar que esto implicaba una permanencia, y utilizaron su firma electrónica sin previa consulta, lo cual generó gran descontento.
Al no recibir una solución adecuada ni un trato satisfactorio por parte de los trabajadores de la empresa, tanto en la tienda física como en el servicio de atención al cliente, decidieron cambiar de compañía. Sin embargo, según el cliente, Movistar decidió ignorar la portabilidad realizada con su nuevo operador, algo que la nueva compañía asegura haber completado correctamente. Esto ha provocado que Movistar continúe facturando la mensualidad, un hecho que el cliente califica como inaceptable.
Uno de los aspectos más preocupantes de la queja es la supuesta negativa de Movistar a permitir la devolución del router y el móvil, bajo el argumento de que esto les permite seguir cobrando el alquiler de ambos equipos. El cliente ha expresado su frustración y señala que este comportamiento por parte de la compañía es "denunciable", algo que no descartan hacer si la situación no se resuelve pronto.
La queja plantea varias cuestiones críticas relacionadas con la transparencia en las condiciones contractuales, la ética en el uso de la firma electrónica sin previo consentimiento, y el cumplimiento de las normativas sobre portabilidad, que deben ser respetadas en todo momento. Estos tipos de problemas generan desconfianza y frustración entre los clientes, que sienten que no solo se les ha vendido un producto inadecuado, sino que también se les ha sometido a prácticas que consideran abusivas y poco éticas.
El cliente subraya que, tras intentar buscar soluciones y no encontrar una respuesta efectiva por parte de la compañía, está considerando denunciar el caso formalmente. Este tipo de situaciones evidencian la necesidad de una mejor regulación y control sobre las empresas de telecomunicaciones para garantizar que los derechos de los consumidores sean respetados y que los contratos se establezcan de forma clara y con todas las condiciones explicadas previamente.
Movistar, por su parte, deberá mejorar su servicio postventa y atención al cliente para evitar que este tipo de situaciones dañen su reputación y causen más descontento. En un sector tan competitivo como el de las telecomunicaciones, la experiencia del cliente juega un papel crucial en la fidelización, y casos como este pueden hacer que más usuarios consideren cambiar de proveedor.
La queja también arroja luz sobre la importancia de la portabilidad efectiva entre operadores, un proceso que debería ser simple y transparente, pero que en este caso ha sido motivo de conflicto.