Contratan a Tecnocasa para vender su piso y viven un infierno: "Le ha sumado más de 11.000 euros al precio de mi casa"
Una experiencia desalentadora con Tecnocasa ha llevado a una pareja a calificar su interacción con la agencia inmobiliaria como "la peor experiencia con una empresa privada" en toda su vida. Según relatan, el contrato de venta de su casa estuvo plagado de condiciones no comunicadas adecuadamente y de una serie de servicios cuestionables que incrementaron significativamente el costo final para el comprador.
El contrato inicial, que tenía una duración de tres meses, no solo implicaba que Tecnocasa recibiera una comisión del 3% del vendedor, sino que también se cobraría un porcentaje similar al comprador. Además, la agencia intentó añadir 5.000 euros extra por realizar un estudio de hipoteca, el cual no aseguraba la aprobación del banco. Estas condiciones elevaban el precio de la vivienda en más de 11.000 euros, una suma considerable que potencialmente desanimó a posibles compradores.
Los propietarios también señalaron la falta de profesionalismo y eficiencia por parte de Tecnocasa, mencionando que se enviaron a potenciales compradores inadecuados para la propiedad, incluyendo personas con dificultades de movilidad, a pesar de que la casa cuenta con múltiples escaleras. Además, apuntaron que algunos interesados buscaban alquilar, opción que no consideraban los vendedores. La agencia también fue criticada por su puntualidad y por inventar visitas y materiales de marketing, como flyers, que nunca se materializaron.
La situación llegó a un punto crítico cuando, al término del contrato con Tecnocasa, la pareja logró vender la casa por su cuenta en solo 13 días, lo que subrayó su frustración con el servicio recibido y puso en duda la competencia de la agencia para manejar adecuadamente la venta de propiedades.
Este caso ha destacado la importancia de entender completamente los términos de cualquier acuerdo con agencias inmobiliarias y de verificar las credenciales y la reputación de estas empresas antes de firmar un contrato. La experiencia de esta pareja sirve como un recordatorio cautelar para futuros vendedores de viviendas sobre los posibles desafíos y costos ocultos asociados con la venta de propiedades a través de intermediarios.