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Me siento estafado

Intentan cambiar su tarifa en Endesa tras años en la compañía y les dicen que las mejores son solo para nuevos clientes

Un largo historial con Endesa no garantiza un servicio sin complicaciones, como lo evidencia la experiencia de un cliente fiel que se ha encontrado en un laberinto burocrático tras intentar resolver varios problemas con la compañía. Este usuario describe su trato con Endesa como una lotería en la que, a menos que no se presenten inconvenientes, el servicio es aceptable, pero al surgir problemas, la solución parece inalcanzable.

La saga comenzó con un servicio no solicitado de Endesa X, que fue cancelado tras darse cuenta de que estaba siendo facturado sin consentimiento. El problema se agravó al descubrir que la tarifa del Kw/h era excesivamente alta (30 céntimos) en comparación con otras opciones en el mercado. A pesar de una solicitud de cambio de tarifa que fue inicialmente aceptada sin problemas, el cliente se encontró pronto con que había sido asignado a otra tarifa sin su aprobación.

El calvario del usuario continuó cuando decidió cambiar nuevamente de tarifa a una que consideraba más conveniente. Desde entonces, enfrenta un bloqueo en la facturación, acumulando tres meses sin recibir ninguna factura y enfrentando respuestas inconsistentes del servicio de atención al cliente. La situación ha llegado a tal punto que, a pesar de tener los registros de consumo en la aplicación de la empresa, las facturas no se generan correctamente debido a «problemas técnicos» repetidos.

Esta falta de resolución ha llevado al cliente a abrir múltiples reclamaciones, sin recibir una respuesta clara o una solución definitiva. Lo más frustrante para el usuario es que, a pesar de no tener un contrato de permanencia, se siente atrapado con Endesa por los pagos pendientes que la compañía no ha procesado, impidiéndole cambiar a otro proveedor.

La experiencia del cliente subraya una falta grave de eficacia y coherencia en la gestión de Endesa, donde los errores administrativos y técnicos dejan a los consumidores en una posición vulnerable y desatendida. Este caso pone de relieve la necesidad de un cambio estructural dentro de la compañía para mejorar la transparencia, la eficiencia y, sobre todo, el respeto hacia los derechos y necesidades de los consumidores.

Con la esperanza de que su situación se resuelva pronto, el cliente ya planea cambiar de proveedor, buscando una compañía que ofrezca no solo tarifas competitivas, sino también un servicio al cliente que esté a la altura de las expectativas.