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Las patatas fritas son poco saludables, pero estas son peores

En España, las patatas fritas de bolsa son un aperitivo imprescindible en reuniones y durante el vermut. Aunque no son el tentempié más saludable, su presencia es casi inevitable. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha examinado 331 tipos de patatas fritas para identificar las opciones más saludables, aplicando criterios como el contenido de grasa y sal.

Nutrición y preocupaciones de salud La OCU recalca que las patatas fritas son altamente calóricas y ricas en grasas saturadas y sal. Un pequeño cuenco de 40 gramos puede contener aproximadamente 214 calorías, con más de la mitad provenientes de grasas. La sal es otro componente crítico, con muchas marcas superando el 1g de sal por cada 100g de producto, una cantidad considerada excesiva.

Aditivos y saborizantes artificiales La presencia de aditivos como el colorante E150d (caramelo de sulfito amónico), que es potencialmente cancerígeno, es motivo de alarma. Aproximadamente la mitad de las patatas fritas estudiadas contienen aditivos y aromas, algunos de los cuales la Comisión Europea ha decidido no renovar su autorización por preocupaciones de salud.

Las peores patatas fritas según la OCU De acuerdo con la OCU, las peores patatas fritas son las Ruffles de sabor jamón y las Patatas fritas onduladas de sabor jamón de la marca Consum. Estos productos no solo contienen E150d, sino también una larga lista de ingredientes poco recomendables.

Recomendaciones de la OCU La OCU aconseja evitar patatas fritas con largas listas de ingredientes y optar por alternativas más saludables que incluyan ingredientes básicos como la patata, aceite de oliva y sal. También sugieren buscar opciones horneadas y sin sal añadida para minimizar el consumo de aceites y sodio.

Esta evaluación detallada sirve como una guía valiosa para aquellos que desean disfrutar de patatas fritas de manera más consciente y saludable.