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Se queja de que la oferta de la app de Lidl funciona mal y el cajero se desentiende: » Nosotros no ponemos los carteles y los anuncios»

En una reciente visita a Lidl, un cliente se encontró con una discrepancia entre los precios publicitados y los cobrados en caja, un problema que destapó lo que él considera una serie de malas prácticas por parte de la cadena de supermercados. Según su relato, tras descargar la aplicación Lidl Plus, esperaba beneficiarse de un descuento en la compra de bebida de avena, promoción que no fue aplicada automáticamente como estaba anunciado.

La situación se complicó cuando el cliente intentó resolver el malentendido en la caja del supermercado. A pesar de explicar que el descuento no se había aplicado correctamente, la respuesta inicial del personal fue que el descuento solo era aplicable a las primeras cuatro unidades, información que luego fue contradicha por un supervisor que mencionó que el descuento era válido hasta las primeras seis unidades.

Después de varios minutos de discusión y cálculos realizados por el cliente para demostrar el error, el personal de Lidl finalmente entendió el problema y aplicó el descuento correspondiente. Sin embargo, la situación se volvió más tensa cuando, al devolverle la diferencia de 0,60 euros, los empleados se rieron, lo que el cliente interpretó como una falta de respeto hacia su reclamación.

El cliente expresó su frustración no solo por el error inicial sino también por la actitud del personal, calificando la experiencia como un claro ejemplo de publicidad engañosa y un servicio al cliente deficiente. Manifestó que su confianza en Lidl como consumidor había terminado y advirtió a otros sobre las prácticas que considera inaceptables, resumiendo su decepción con un firme «Se acabó Lidl para mí«.