Los súper te quitan gramos de la comida, pero te cobran lo mismo

En medio de la constante subida de precios que afecta la cesta de la compra, los consumidores españoles se enfrentan a una problemática que va más allá de la inflación: la reduflación. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha puesto de manifiesto esta práctica cada vez más habitual en la que los envases de productos contienen menos cantidad que antes, mientras que los precios siguen aumentando.

Menos producto por el mismo precio: el truco de la reduflación

Según la OCU, esta táctica, que consiste en reducir el contenido de los productos sin bajar su precio, es ya una realidad que afecta a muchas marcas. Por ejemplo, un bote de cacao en polvo que hace un año tenía 800 gramos ahora solo contiene 760, pero cuesta lo mismo. Esta estrategia, que la OCU califica como "muy extendida", lleva a que los consumidores terminen pagando más por menos cantidad de producto, sin darse cuenta de inmediato del cambio.

La OCU asegura que al menos 20 marcas conocidas recurren a esta práctica, y estos productos se encuentran en cualquier lista de compra normal. Aunque los consumidores ven esta táctica como un engaño, la reduflación no es ilegal. Como apunta el periodista Javier Ruiz en ‘RTVE’, "no hay nada de ilícito en esto, simplemente es cada vez más común". Para las marcas, es una estrategia de marketing que busca minimizar los costos de producción, aunque los consumidores se sienten defraudados: "Pagamos lo mismo, pero recibimos menos", señala el periodista.

Las excusas de las marcas y su impacto en la cesta de la compra

Las empresas justifican esta práctica alegando la necesidad de equilibrar los procesos de producción, así como por el aumento en los costos de las materias primas, el transporte y la mano de obra. Sin embargo, la consecuencia para el consumidor es clara: menos producto por el mismo precio o, incluso, uno superior. Los alimentos que más han sufrido este tipo de reducción de contenido son mantequillas, pescado congelado, cacao en polvo, pasta, embutidos y patatas fritas. Según datos de la OCU, hace dos años la cantidad de producto en los envases disminuyó entre un 5% y un 10%. Hoy, este porcentaje ha aumentado considerablemente.

Cómo evitar caer en la trampa de la reduflación

La OCU advierte que las marcas suelen camuflar estas reducciones bajo la apariencia de un "cambio de formato". En algunos casos, se modifican los envases de manera que el menor contenido pase desapercibido, algo que ocurre con frecuencia en productos líquidos como bebidas, detergentes y productos de limpieza. Por ejemplo, la clásica botella de 2 litros de Cola ya no se encuentra en los estantes: en su lugar, se vende una de 1,75 litros por el mismo precio.

Otra táctica a la que recurren los productores es rellenar los envases con aire para que la diferencia de contenido no sea tan evidente. Por eso, la OCU recomienda a los consumidores comparar el precio por unidad de medida (kilo, litro o metro) en lugar de solo fijarse en el precio total del envase. Es una forma efectiva de detectar la reduflación y evitar ser engañados por etiquetas como "oferta", "promoción especial" o "descuento".

La clave: revisar las etiquetas y compartir información

La OCU anima a los consumidores a prestar especial atención al contenido de los envases y a compartir en redes sociales cuando identifiquen reduflación en algún supermercado. Así, se puede contribuir a que esta práctica sea visible y se actúe de manera más consciente a la hora de comprar.

El periodista Javier Ruiz ofrece un consejo fundamental para combatir esta situación: “Siempre hay que mirar el precio por kilo o por litro, algo que la ley obliga a poner en los establecimientos comerciales, y comparar para ver cómo evoluciona”. Solo así, manteniendo una memoria de precios o anotaciones, los consumidores podrán detectar y evitar caer en las trampas de la reduflación.